Las pastillas de freno, al formar parte del sistema de frenado, son un elemento de seguridad activa del vehículo. Es decir, nuestra seguridad en la carretera depende de su correcto funcionamiento. Por eso, entre otras cosas, es tremendamente importante saber cuándo cambiar las pastillas de freno traseras, ya que un mantenimiento deficiente puede costarnos la vida al volante. Si somos capaces de leer las señales, el propio coche nos puede informar del estado de las pastillas de freno sin tener que desmontarlas. Aquí explicamos cómo interpretar las formas que tiene tu vehículo de avisarte del mal estado de las pastillas de freno.
Ruidos extraños durante la frenada
Las pastillas de freno en general, cuando se desgastan, suelen emitir una especie de chirrido al pisar el pedal. Se trata de una medida de seguridad sonora que avisa al conductor de que tiene que cambiar las pastillas pronto. Sin embargo, algunas pastillas de freno no emiten un sonido lo suficientemente perceptible desde el interior del vehículo. Por eso, los modelos de coche más modernos incorporan un sensor que avisa al conductor en el propio panel de control de la necesidad de renovarlas. Si tu vehículo no dispone de este tipo de sensor y el ruido que emitirían las pastillas queda amortiguado por el sonido del motor, no te preocupes. Existe otra forma de saber cuándo cambiar las pastillas de freno traseras.
El líquido de frenos disminuye bruscamente
A medida que las pastillas de freno se desgastan, el pistón de la mordaza de freno tendrá que ejercer cada vez mayor presión para frenar. Esto hace que disminuya la cantidad de líquido de frenos disponible en el depósito. Por lo tanto, un indicio claro de que necesitas unas pastillas de freno nuevas es la reducción brusca del nivel de líquido. Según el modelo de tu vehículo, puede que incluso aparezca una señal luminosa de advertencia en el panel de instrumentos. Si ignoras estas señales, el material de las pastillas de freno se desgastará tanto que lo único que hará contacto con la superficie del rotor será su placa de apoyo metálica. Al estar hecha de acero, acabará provocando importantes muescas en los rotores, por lo que también habrá que cambiarlos. Escucha siempre a tu coche, él te lo agradecerá.
